La maceración de esta esencia comienza como un ritual, donde los ingredientes más puros se encuentran en perfecta sintonía. Es un proceso lento, casi como si la naturaleza misma se tomara su tiempo para entregarnos lo mejor de sí.
Las primeras horas, los aromas son suaves, con un toque suave y delicado, pero con el paso del tiempo, meses, la magia se despliega: el sutil olor de los aromas verbales se entrelazan con el toque fresco y natural del Aloe Vera y Extracto de Pepino, mientras que el Ylang Ylang, con su dulzura floral, aporta un equilibrio entre la frescura y serenidad.
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